Probablemente existen tantas definiciones de adicción, basadas en la investigación al igual que en la experiencia personal, como formas de pensar. No es de extrañar, pues, que haya muchas áreas de honesto desacuerdo en las definiciones que oímos.
Algunas, según los hechos observados y conocidos, parecen corresponder mejor a algunos grupos que a otros. Si aceptamos este hecho, entonces quizá deberíamos examinar otro punto de vista, con la esperanza de poder descubrir una base común a todas las adicciones y una forma que nos resulte más útil para establecer comunicación entre todos nosotros. Si podemos ponernos de acuerdo respecto a lo que no es adicción, tal vez entonces lo que sí es, aparezca con más claridad.
Puede que coincidamos en algunos puntos fundamentales.
Con libertad, la vida es un proceso que tiene sentido, que cambia y avanza. Se espera lograr, con razonables expectativas, una realización mejor y más fecunda de nuestros deseos, y una mayor satisfacción de nosotros mismos. Estas son, desde luego, algunas de las manifestaciones del progreso espiritual que resulta de la práctica diaria de los Doce Pasos de NA.
La buena voluntad es una acción que no sólo nos incluye a nosotros, sino también a los demás. Es una forma de considerar a los otros tan importantes en su propia vida, como lo somos nosotros en la nuestra. Es difícil decidir si la buena voluntad es la clave de la identificación o viceversa. Si aceptamos que la identificación es la capacidad de vernos reflejados en los demás, sin perder nuestra identidad, entonces reconoceremos las similitudes. Si nos hemos aceptado a nosotros, ¿cómo podemos entonces rechazar a los demás? El afecto proviene de reconocer semejanzas. La intolerancia resulta de las diferencias que no aceptamos.
Para el crecimiento personal, utilizamos la libertad y la buena voluntad en cooperación con los demás. Sabemos que no podemos vivir solos, que el crecimiento personal también es interpersonal. Examinamos los valores personales, sociales y espirituales, así como los valores materiales, para poder hallar un equilibrio más adecuado. La madurez parece requerir este tipo de evaluación.
Los únicos resultados de la adicción activa son la locura, los hospitales, las cárceles y la muerte. En recuperación, mediante la ayuda de un Poder Superior y los pasos de NA, todo es posible.
La acción creativa no es un procedimiento misterioso, sino el trabajo interior de reconstruir o reintegrar nuestra trastornada y fracturada personalidad. A menudo, simplemente significa escuchar esos presentimientos e intuiciones que creemos beneficiarán a otros o a nosotros mismos y dejarnos guiar por ellos. Aquí es donde se hacen visibles muchos principios básicos de acción. Somos entonces capaces de tomar decisiones, basadas en los principios que tienen auténtico valor para nosotros.
El propósito de los Doce Pasos de Narcóticos Anónimos se aclara a medida que nos damos cuenta de que depender de un Poder Superior, tal como cada uno lo concibe, proporciona respeto y confianza en uno mismo. Sabemos que no somos superiores ni inferiores a nadie; nuestro valor real reside en ser nosotros mismos. La libertad, siendo responsables de nosotros y nuestros actos, se convierte en lo principal en nuestra vida.
La conservamos y aumentamos mediante la práctica diaria. Esto es la acción creativa que no termina nunca. Buena voluntad, naturalmente, es el principio de todo crecimiento espiritual. Genera afecto y amor en todos nuestros actos. Estas tres metas: libertad, acción creativa y buena voluntad, cuando son puestas al servicio de la confraternidad, sin buscar recompensa personal alguna, originan cambios cuya finalidad no podemos predecir ni controlar; por lo tanto, el servicio también es un Poder superior a nosotros y tiene un sentido significativo para todos.
Mi gratitud habla… cuando me preocupo por los demás y cuando comparto con otros a la manera de NA